Bajo la rara advertencia de una gran nevada en Tokio que ocurre una vez cada cien años, realicé una entrevista fotográfica con Ayaka Miyoshi en una galería de arte en el distrito de Shibuya. Debajo de conjuntos de elegantes ropas, sus curvas que aceleran el corazón siguen siendo tan impresionantes como siempre. A pesar de los diversos símbolos femeninos, no se conforma con ser solo un adorno, mostrando una naturaleza interna contradictoria. Ayaka Miyoshi disfruta vistiendo ropa masculina y desafía constantemente las películas de acción, esperando superar sus límites físicos.