Considerado el «padre del impresionismo», Monet era experto en la representación de la luz y la sombra, creando la estética impresionista que no buscaba la figuración. Bajo la luz natural de diferentes estaciones, Monet pintaba paisajes y bodegones con cambios constantes de color, creando muchas pinturas delicadas y hermosas. A pesar de haber pasado un siglo, su influencia perdura hasta hoy, atrayendo a innumerables amantes de las obras impresionistas.
Recientemente, Sotheby’s anunció que presentará 5 pinturas de Monet en la subasta de arte contemporáneo de la noche en Londres en marzo, ¡mostrando su transición de pintor impresionista a padre del expresionismo abstracto!
Las obras incluyen coloridas imágenes de crisantemos, que anticipan las famosas pinturas de nenúfares de Monet en su etapa posterior, y reflejan su fascinación por Japón; pasando por sus magníficas pinturas de heno pintadas con un estilo suelto y detallado, así como paisajes pintados en diferentes estaciones y condiciones climáticas. Todas las obras fueron creadas antes de 1900, mostrando de manera refinada el espíritu moderno de Monet y su profunda influencia en los artistas y corrientes artísticas posteriores.
Esta es una de las cuatro pinturas de naturaleza muerta de crisantemos creada por Monet en 1897, que también influyó en su serie «Nenúfares». En cuanto a la composición, los crisantemos ocupan toda la imagen, con las flores completas cortadas por el borde del cuadro, lo que difiere mucho de la tradicional naturaleza muerta de la época. A Monet le gustaba el arte japonés y en ese momento coleccionaba obras del maestro de grabado japonés Katsushika Hokusai, quien al representar flores omitía el fondo, por lo que los expertos creen que la composición de esta pintura fue inspirada por él.
«Duraznos y albaricoques» fue pintado entre 1882 y 1885, cuando las obras de Monet comenzaron a atraer a un público más amplio y a llamar cada vez más la atención.
Esta obra tiene como tema principal la pila de heno, y aunque la estructura de la pila de hierba en el cuadro es más suelta en comparación con una pila de heno completa, sigue siendo uno de los temas clásicos más reconocibles en la obra de Monet. Monet creó la famosa serie de pilas de heno entre 1890 y 1891, y años más tarde regresó a este tema, con capas distintas y llenas, mostrando su habilidad excepcional para el dibujo.
Esta pintura testimonia la entrada gradual de Monet en el mundo de los nenúfares a principios del siglo XX. Entre finales de 1892 y enero de 1893, el río Sena fue golpeado por heladas y nevadas. Esta obra captura la escena de los bloques de hielo flotando en el río, evocando las flores recién abiertas en las obras de nenúfares que Monet comenzaría a crear años más tarde.
Esta pintura fue creada en 1897 y forma parte de una serie de obras que representan la costa de Normandía. Los trazos dinámicos capturan la esencia de la naturaleza, revelando los primeros indicios de la incursión de Monet en lo abstracto.
Los 5 trabajos anteriores se exhibirán en Hong Kong del 8 al 9 de febrero, ¡no te lo pierdas!
Para obtener más información y la fuente de las imágenes: Sotheby’s
