La mundialmente conocida artista contemporánea japonesa Yayoi Kusama nació en 1929 en la ciudad de Matsumoto, Japón, y es famosa por sus extensos patrones de puntos y sus instalaciones infinitas. El tema de los puntos proviene de la infancia de Yayoi Kusama, afectada por enfermedades mentales, su mundo estaba rodeado de diversos patrones intensos, describiendo la sensación como si estuviera girando sin cesar en un espacio infinito. Más tarde, convirtió los problemas que la habían atormentado durante años en elementos creativos, utilizando la pintura para aliviar los síntomas y enfrentar el dolor causado por las alucinaciones.
Conflictos familiares y el deseo de convertirse en artista la llevaron a mudarse a los Estados Unidos en 1957 y establecerse en la ciudad de Nueva York. Antes de dejar Japón, destruyó muchas de sus primeras pinturas, mostrando una determinación inquebrantable. Sus primeras obras en la ciudad de Nueva York incluyen su pintura «Red de Infinito». Los patrones, compuestos por miles de pequeños puntos en repetición constante en lienzos grandes, parecen extenderse hasta el infinito. Estas obras rompen las barreras físicas y psicológicas de la pintura de Kusama, creando una sensación casi hipnótica tanto para el espectador como para la artista. Aunque su reputación en círculos artísticos de Nueva York aún no era prominente, ella se decía a sí misma: «Algún día conquistaré Nueva York y obtendré todo lo que deseo».
En ese momento, Yayoi Kusama se dedicaba día y noche a crear, desarrollando un estilo artístico único. En 1965, Kusama creó la primera instalación de Infinity Mirror Room en una galería de Nueva York, que fue el precursor de las salas de espejos infinitos. A pesar de que sus ideas creativas vanguardistas fueron imitadas por artistas más famosos en ese momento, quienes se apropiaron de sus conceptos recibieron más atención que ella, lo que la hizo sentir desanimada e incluso considerar el suicidio.
En 1966, Yayoi Kusama llegó al pabellón de la Bienal de Venecia con sus 1500 esferas de espejo sin ser invitada, exhibiendo su obra «El jardín de Narciso». Vendió algunas de sus obras por unos pocos dólares fuera del recinto, antes de ser detenida por los organizadores. Este evento le dio a Kusama una gran notoriedad, y museos como el MoMa de Nueva York la invitaron a mostrar su arte de performance vanguardista. Poco a poco, su nombre comenzó a ser reconocido en el mundo del arte.
Hasta 1973, Yayoi Kusama decidió regresar a su país para recibir tratamiento psiquiátrico. Se internó en un hospital, donde continuó creando sin parar, incluso de manera más frenética que antes. El dolor creativo a menudo va de la mano del sufrimiento, y durante este tiempo, Kusama sentó las bases de su obra en temas como lo infinito, la acumulación, la interconexión total, el universo biológico, la muerte y la fuerza de la vida.
Después de un período de aislamiento, Yayoi Kusama regresó a la creación en lienzo, difuminando la existencia del espacio real con calabazas llenas de lunares, líneas interminables y flores brillantes superpuestas. En 1993, la Bienal de Venecia, que una vez la rechazó, la invitó a exponer. Esta vez, con sus obras, finalmente impactó a la entonces dominante escena artística occidental, convirtiéndose en una figura líder del arte vanguardista contemporáneo.
Hasta ahora, Yayoi Kusama todavía vive en un hospital psiquiátrico, su creación diaria hace que la pintura sea la mejor medicina para sanar el alma. Yayoi Kusama describe su arte como entrar en un estado de «autoaniquilación», ella dice: «Convertirme en polvo, flotar en el universo infinito durante un tiempo ilimitado, alcanzar el estado de no yo».
Desde el principio de su carrera, ella elige no reprimir las locas fantasías de su mente, sino que las plasma libremente en lienzos. Está obsesionada con los círculos, ya que considera que representan el universo y el camino hacia la disolución del yo. Comparte: «La Tierra, la Luna, el Sol, las estrellas e incluso los seres humanos están formados por círculos. La Tierra es solo un pequeño círculo en el vasto universo… Cuando las personas se convierten en círculos junto con la naturaleza, pueden fusionarse con el mundo».
Hasta ahora, su icónica creación se ha convertido en un importante capítulo en la historia del arte contemporáneo, con una influencia que abarca los campos del arte, la moda, las tendencias, convirtiéndose en un referente cultural al que todos aspiran. Algunos dicen que es un genio, otros dicen que está loca, pero en cualquier artista exitoso, ¿quién no lleva consigo una especie de obsesión casi loca para crear?
