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marzo 1, 2022

Para consolar el dolor de la guerra a través del arte, la madre del performance Marina Abramovic creó el «Muro de Cristal de Lágrimas» en Ucrania.

Marina Abramovic “The Crystal Wall of Crying“

Considerada la madre del arte de la performance, Marina Abramovic, a sus 75 años, sigue siendo una figura activa en el mundo del arte, dejando proyectos inspiradores y filosóficos en todo el mundo. Recientemente, publicó un video en redes sociales sobre la guerra en Ucrania, instando a Rusia a detener la violencia y la guerra.

Marina nació en el contexto de Yugoslavia, vivió la Segunda Guerra Mundial y la era soviética, por lo tanto, comprende profundamente el gran sufrimiento que la guerra causa a los civiles. En el cortometraje, ella menciona que el año pasado trabajó en Ucrania, donde conoció a personas «orgullosas, fuertes y dignas». En estos días imposibles, se unió completamente a la gente local. Con un tono firme, declaró: «Un ataque a Ucrania es un ataque a todos nosotros, es un ataque a la humanidad, ¡debe detenerse!»

En realidad, Marina visitó Kiev, la capital de Ucrania, en octubre del año pasado, donde creó la instalación interactiva «El Muro de Cristal Llorando» para conmemorar a los judíos que murieron en un gran massacre durante la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1941, las tropas nazis asesinaron a casi 30,000 hombres, mujeres y niños judíos en el frondoso barranco de Babi Yar, con un total de 200,000 víctimas en total, convirtiéndose en un recuerdo imborrable en la historia de la guerra humana.

«La pared de cristal llorando» mide 40 metros de largo y 3 metros de alto, está hecha de carbón sin humo extraído de minas de Ucrania y 75 cristales de cuarzo. Se invita a los visitantes a interactuar con el cristal y meditar. Marina, tomando como referencia el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, describe esta obra de arte como un «muro de sanación».

Esta pared crea un espacio especial donde cada persona puede reflexionar, recordar y reconsiderar eventos trágicos pasados, llegando a una comprensión personal. A través de la interacción con cristales de cuarzo natural, el artista busca reconectar la experiencia corporal individual para sanar traumas pasados.

Un grupo de personas se acercó en silencio a esta gruesa pared independiente hecha de carbón, deteniéndose para tocar los grandes cristales de cuarzo que sobresalen del exterior de la pared, sintiendo la energía cristalina mientras recuerdan la historia de este trauma. Marina dijo que esta obra no se trata solo de recordar el dolor, sino de esperar que la pared traiga perdón, permitiendo a los visitantes reflexionar, perdonar el pasado y así poder comenzar de nuevo.

Para obtener más información y la fuente de las imágenes: Instituto Marina Abramovic

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